Peluquería

La primera vez que a un ser humano se le ocurrió que podía mejorar la higiene y el bienestar de su perro rebajando el volumen de su pelaje fue en el siglo I a.C. O al menos esto es lo que nos cuenta el científico, naturalista y escritor latino Plinio el Viejo en su obra Naturalis Historia. Se trataba, en concreto, de perros de pastoreo muy peludos que eran esquilados junto a las ovejas.

En el siglo XIV empezaron a aparecer cortes de concepto trendy entre los perros, por ejemplo el arreglo tipo león que lucían el caniche y el bichón. Y en el siglo XIX, con la llegada de la Belle Epoque, la práctica empezó a extenderse en París, donde peluqueros ambulantes se colocaban a la orilla del Sena provistos de una caja de madera con sus herramientas y bañaban a los perros en el río.

En 1933 Madame Andras y Madame Michaud inauguraron los primeros salones de peluquería en París, otorgándole por fin a la actividad el rango de profesionalidad y glamour que le correspondía.

En la actualidad la forma de relacionarnos con perros y gatos ha evolucionado. Ya no viven en el exterior, sino que comparten casa, sofá e incluso cama con sus dueños. Esto conlleva una evidente necesidad de incrementar los cuidados y la higiene de nuestros animales. Llevar a nuestras mascotas a la peluquería se ha convertido en algo cotidiano e imprescindible, y no solamente para que estén guapos, sino para prevenir parásitos o problemas cutáneos.

En el Salón de peluquería canina y felina Chantal encontrarás un servicio de peluquería altamente profesional para tu mascota, respaldado por años de formación y experiencia, y por la gran pasión por los animales que nos mueve.

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